Mil Autores

Esta descripción te va a dar miedo

Wednesday, March 08, 2017

Frío infierno.

Soné el timbre 3 veces y en la tercera, a mitad del sonido, abrieron; era una idea atorada que nos tenía perplejos con el brillo de la pantalla en nuestras narices. Nos tenía atrapados con su majestuosidad, quisiera creer en eso, pero no puedo, y es que nunca imaginé que algo tan magnificente fuera a ser la pauta de mi inevitable colapso, aquél colapso de donde todo crece pero a la vez se descompone, como un suspiro hacia adentro. Quiero callar todo dentro de mí, esos monólogos internos me hacen retroceder, pero es lo único que me queda, lo único auténtico que me queda.

Mi mente es una flama que no se extingue, soy yo entonces ese brillo deslumbrante reflejado en un espejo. Siento que mi cráneo se derrite pero no importa, los días últimamente se disuelven fácilmente. Son tan efímeros, tan fugaces, tan grises, pero dentro de mí es un infierno que me consume lentamente y que algún día dará lugar a mi extinción. Sobre el camino voy y no estoy dentro de mí, me veo desde lejos separado de mí, observándome. Llevo de rostro una máscara de mi pasado. Soy tan volátil, tan de paso que nadie nunca se dará cuenta de mi existencia. No soy parte de nada, soy solo un espectador que observa al mundo desde el fondo. No me gusta la idea de permanecer inerte, pero me es tan difícil crecer, me es tan difícil llorar. Mi frente impactó contra mi frente y coincidí una vez más como una pieza de rompecabezas, estaba atorado.

Tras la puerta estaba la loca esta, brillando como siempre, los ojitos llorando tatuados en el brazo le daban una gracia siniestra al movimiento de sus tetas que me aventaban sin piedad a oleadas de recuerdos. Tras la puerta estaba la loca, me miró sin mirarme, como si su mirada pasara de largo entre mi cadáver. Porque yo me sentía como un cadáver en ese momento. Me tiró un "hola" rasposo, luego se aclaró la garganta y no dijo más. El brillo se convirtió en un abismo. La oscuridad regía todo, ni siquiera mi mente incandescente alumbraba más; pero mi flama, aunque imperceptible, seguía vigente. Mi infierno rebosante seguía su curso, entonces supe que algún día nos consumiría sin darnos cuenta, me consumo cuál débil flama y no arderé nunca más, este infierno mío ha ganado, este día mío ha terminado.

Lunero Mutilado
Miguel Pastillas
Olei
Benjamón


Thursday, October 06, 2016

Radiografía de un perdedor.

Hoy como todos las mañanas comienzo a ceder, ceder ante todos mis fracasos, todos mis miedos, todas las personas que se burlan de mí. Nunca he ganado nada, nunca he tenido idea de lo que es triunfar, y aún así me levanto todos los días, hoy especialmente la retrospectiva ha sido adecuada. He pensado muchas veces tomar un tren a algún lugar donde nadie me conozca. Qué fantasía tan pueril. Lo que necesito es cambiar de cuerpo, despertar convertido en otra cosa como en una historia kafkiana. Me cuesta tanto escapar de mi y de mis regaños matutinos. Con tres tantos de tramadol que tomo tan discretamente que parece que ni yo mismo quiero darme cuenta de ello, el colgado me mira desde la esquina del espejo. Con estos ojos cansados dejo llevar mi cuerpo estacionado a otro lugar en esto que hago llamar vivienda. Apesta y apesto con ella pero normalmente no me importa, los días se me hacen cada vez más mierda. Camino decidido hacia la salida, doy un paso afuera, luego otro y me detengo a observar con los labios secos. Será mejor que vuelva antes de que me muera, aunque no lo sé, hoy parece que la ansiedad está al revés y me está jodiendo la mente, debo dejar de arrastrar los pies.

Recuerdo cuando finalizaron la construcción del puente colgante. El puente ahora une a dos ciudades divididas por un ancho río, ese río que también es largo y se expande por toda la metrópolis como una cicatriz sin remedio. El puente también interconectaría vialidades, y en aquel símbolo de progreso alguien encontró una solución: una semana después de su inauguración, un maestro de arte decidió lanzarse de él. El hombre sobrevivió, no sé qué haya pasado con él. Hoy no puedo determinar si he de cruzar el puente colgante o lanzarme de él. Doy un suspiro tan largo que me escuchan los insectos, esos insectos que crean en mí deseos de comerme los pensamientos, de apretar los dientes hasta rompérmelos, de llorar esas lágrimas que se mantienen atoradas en lo más recóndito de mis glándulas lagrimales, estas glándulas que creo están ya podridas. Hoy no dejaré de ser yo, este tipo quebrado en interior y exterior, pero quizá podría caminar un poco la calle, acercarme un poco a la gente, sentir un poco la vida pasar por mi cabello. Quizá.

Es hora ya de volver a mi departamento, el recuerdo del puente y aquél hombre inspiran mi deseo de beber, abro el whisky y bebo un trago, ¡ahhh, ese sabor! El sabor a derrota, a desilusión. Bebo un trago más y suena el teléfono,  detesto que la gente interrumpa mis ratos de menosprecio y soledad.

— Es hora ya de que pague el alquiler.
— Le pagaré la semana que viene, disculpe la tardanza.
— Tiene hasta el lunes, de otra manera vaya preparando su basura para salir.
— Bien —, cuelgo el teléfono y bebo nuevamente, me pregunto a dónde iré.

Mi trabajo como intendente de aquel almacén es una mierda y llevo 2 semanas sin presentarme.  Ya se me ocurrirá algo, observo el vaso sucio y con grietas, lo lleno hasta el tope y bebo una vez más sin pensarlo. Lo quiebro contra la pared.

¿En qué me he convertido? ¿Soy acaso aquel hombre loco que pasaba por enfrente de mi vieja casa y que yo miraba aterrorizado? Extraño cuando me columpiaba en la llanta del árbol chueco y observaba a la vecina, ayudándole a su mamá con las bolsas del supermercado, le veía el culo hasta el último momento posible, de inmediato sentía el impulso mezclado con excitación. Sobreentendido que en unos minutos más entraría a masturbarme al baño como el idiota que era y que aún soy. A veces me masturbaba ahí mismo en el columpio. Ahora que veo pasar a las mujeres más bien me siento deshabitado y descontento. Me voy a quedar sin departamento el próximo lunes, debo pensar en algo rápido pero siempre me descarrilo. Aquí vienen esas náuseas de todos los días subiendo por mi pecho.

En mi camino hacia el retrete el vómito etílico no puede ser contenido más por mi cuerpo y es expulsado rápidamente sobre el suelo.

Diría que es la representación perfecta de mi vida, pero está de más señalarlo. Ahora mi recinto es un desastre. ¿Debería abandonarlo tal como esta? Tomar solo dos maletas y largarme a donde sea, como siempre, a donde sea no es a otro lugar que a casa de mi padre. Aunque me sienta patético, él me recibe entusiasta. Quizá de ahí pueda huir a San Francisco, o quizá al sur, lo que quiero es cambiar de vida, de cuerpo, de historia. Qué más da, compraré con lo que me sobra una botella más de ese whisky barato para pensarlo.

Le doy un sorbo más y arrojo la botella al pavimento, emprendo mi camino a ninguna parte y dejo una postal para nadie:

"He tenido la mejor vida y la desperdicié a mi antojo, os dejo esta postal y un adiós, 

– A quien la encuentre."

Parece que cuando voy caminando me hundo en la banqueta, se siente bien pero una parte de mí sabe que es el alcohol trabajando en mi cuerpo. La gente me observa siguiendo las pistas que me brinda la ciudad, voy detrás de un automóvil y me tambaleo, debo continuar afrontando la verdad, voy siguiendo una calle que lleva a algún lugar que va a definir el resto de mi vida. Al menos eso creo, ¿que no es esta la calle aquella que debía tomar llamada...? Maldición, estoy muy borracho, pero voy contento. Estoy perdido. Pero contento. Doy un paso, luego otro y otro más, ¿dónde se supone que voy? Será mejor que me tumbe unos momentos a pensar, aunque lo que menos debo hacer es pensar. Me siento como un pequeño insecto que quiere volar sin tener alas.

Decido regresar a mi habitación, a esa prisión que me resguarda del mundo. Me siento cerca de la ventana y ligeras gotas entran rápidamente a través de ella. He de proseguir a detener dicha acción, pero no lo hago, permanezco en quietud en mi silla y observo de manera casi hipnótica esta escena que se desenvuelve frente a mí. No me perturba este intruso líquido en mi habitación: le dejo entrar, le invito a pasar. Lentamente se cubren mis pies de agua y deseo que pronto lo hunda todo, quiero que estas manos con las que escribo sientan la pesadez y lentitud al movimiento. Quiero que llene cada metro de esta habitación, que llene cada centímetro de mi cuerpo, cada milímetro de mis pulmones. Ha dejado de llover y yo he dejado de existir.

Olei
Miguel Pastillas
Benjamón
Lunero Mutilado

Tuesday, August 09, 2016

Confusión.

Un nuevo día comenzaba y el sol brillaba con un sutil descaro, la lluvia nocturna dejó sus vestigios en forma de charcos lodosos sobre el asfalto de las calles, y aquel brillo reflejado en el agua era entonces sucio y opaco, en ese sucio reflejo se alcanzaba a ver mi rostro, me quedé inmóvil admirando tan desajustada persona, me desconocí por un momento, la realidad perdió lo cotidiano, el olor a los primeros cafés del día, el perro de tres patas, la magnolia de la esquina que invita a doblar siempre a la derecha, a estas horas se me entorpece el andar, tropiezo con mis recuerdos y almaceno desesperanza. Salté la acumulación de agua y sentí la vaporización, no quería ensuciar mis zapatos viejos, continué mi camino hacia mi destino final, al llegar sentí el sofocante calor emanado de los cientos de personas amontonadas en aquel recinto; pero nadie más lo percibía, era yo el único que sudaba grandes gotas de sudor y, una por una, caían ante mis pies, comienzo a pensar que estos días ya no volverán, mi recuerdo se perderá, la nostalgia me atrapa y ya no quiero caminar, lo volátil de las horas solo me afana melancolía, nuestras miradas como puente, tus ojos arios, más verdes de lo normal me llaman a volver a escapar de todo, me lo piden, pero se que no va a pasar, tu también lo sabes. El doloroso fin del ciclo llegó por cuarta y última vez. Sabemos bien que pasado mañana habrá una tortuosa muerte de lo que hoy somos, que volverás a caminar por Karlsplatz sintiendo que se quedaron tres cuartas partes de ti en el sofá desgastado pegado al ventanal donde seguro me estaré retorciendo como lombriz viva en una sartén caliente. Y aun asi, aqui estoy mirándote, aferrándome a aspirar tu aliento que me parece el paraíso, el paraíso en este próximo infierno de sillón desgastado. Me duele cada ilusión incendiándose en mi cerebro, poco a poco desaparece mi esencia y yo con ella, dejando de pensar y, muy despacio, convirtiéndome en el polvo que ensuciará los charcos que saltarás sin mi. Ahora este es el infierno del que te hablaba a escondidas.

Miguel Pastillas
Olei
Benjamón
Lunero Mutilado

Saturday, August 06, 2011

11 cervezas.

Me hundí acá en unos lagos,
pero pensé que no pasaría nada,
estaba en desacuerdo con la contaminación,
el alcohol hizo que lograra el acuerdo,
lo respiré y me contaminé de risas,
la música hizo su parte, amigo mío,
un cigarro pronto transitará 4 pulmones,
eso me recuerda que no hay despedidas eternas,
existimos en un espacio que se conserva igual,
los demás se fueron ya, ¿qué más da?
estarán escondidos, locos, aturdidos, son mis amigos desconocidos,
un amigo quedó, no cambiaré el rumbo y tampoco diré adiós,
siempre un adiós es un hasta luego, un hasta pronto, un hasta mañana,
pensar en buenos tiempos, sin miedos hasta decir hola otra vez,
fingir que el tiempo no pasó, pasó despacio e imaginario,
el aire es el mismo, las derrotas no duelen, mi amigo continua ahí,
el amigo que viaja en metro metros y metros buscando letras,
una canción sobre diamantes del mar suena para el final,
suena y suena pero se detiene y mi cabeza es una radio,
pero... ¿el sonido? Una percusión infinita, el final de la noche,
atrapa los oídos que siempre están inmunes, nunca se esconden al buen ruido,
concluyo diciendo que todos somos accidentes esperando a suceder,
soy un accidente del norte en el sur,
soy un accidente en el sur, es la hora de perder la razón,
¿adiós? ¿mucho gusto? ¿debo desaparecer? Debería estar lloviendo acá,
es un hola que se extiende hasta la siguiente estación, ¿nunca un adiós?
pero claro, siéntate, párate y vamos a caminar, fumar un poco, recordar de nuevo,
el próximo encuentro será al norte, donde el sol no quemará,
donde el mundo sabrá lo que es reconocernos, (una vez más).

Miguel pastillas
Lunero mutilado

viaje, tú, yo (explosión)

Dos figuras de papel están sobre la mesa,
estancadas en la soledad del universo,
se conocen y se disparan para sobrevivir hacia el cielo,
esperando reventar estrellas y burlarse de sí,
se esparcen pero no se desenvuelven bien,
a lo lejos una nota musical susurra,
en tú oído, susurra, en tú oído, son sonidos insensatos,
pero eso es lo que te gusta, lo irresponsable que soy,
yo me río porque tu no entiendes de lo que me río,
las palabras no explican y prefieres seguir burlándote,
busquemos algo que no esté representado por letras, ideas no compuestas,
diseños de una violencia adecuada, una lágrima, un grito,
voces que no son voces pues a veces son audios palpables,
sé que el daño será inevitable, no puedo ayudarte,
este lazo es únicamente de horas, si eso te lastima, miénteme,
hay un vacío, quedan 2 horas para que me encuentres,
¿en el mismo agujero? esta duda que me aprisiona, el olor de tu boca, de tu piel,
desapareceré para liberarte, queda 1 hora para que me encuentres,
aparecería para liberarme pero no me queda ni para un viaje, me descompongo,
en fin, todo fue eso, un viaje y sólo eso, quedan 5 minutos y me encontrarás,
estaré ahí, derrotado en el cielo, conformado por nubes. El tiempo terminó, ¿explotaste?

Lunero mutilado
Miguel pastillas

Monday, July 05, 2010

el mareo

eres profundo ( a )

me hundo en tu ser

navego en ti

hay cosas que no distingo

me sumergo y busco calma

hay una corriente inequivoca que pierde su curso

eres influenciable, te agitas en días de lluvia

eres el néctar insípido de todos los días

eres el mar, me secas

ojalá logres convencer a ese viento que hace una marea y marea

porque estoy atrapado en tu curso

me derrito y colapso ante toda voz

sonidos distorsionados en mis oidos llenos de ti

giro y giro y me detengo, sé lo que me espera:

una ola que se eleva, me ahogas

una cortina que me atrapa dejandome inmóvil

pero adentro todo da vueltas

mi cabeza choca y se quiebra soltando ideas

que se disuelven en el agua salada

tanta agua liquida los días

sólo quiero olas suaves y lentas, que me lleves de vuelta a la costa

la costa que corta mi piel, no me importa

la arena se impregna en mi cuerpo, pero te mantengo cerca

tan cerca que puedo sentirte dentro de mi

la sensación de ahogo regresa

soy fruto de la imaginación

termíname

mi cerebro me esta durmiendo



Olei
Lunero mutilado

Friday, December 14, 2007

patio

un montón de golosinas,
cosa más agradable que dulce,
de las que deben ser degustadas
mentiras amontonadas todas,
cosa más útil que agradable
y que es inútil recordarlo
fluorescencia helada,
de cortes prismáticos, esquivos, suspensivos,
colores desbordantes,
apurate pues,
tasadamente, precisamente,
eso no tiene sentido
este es mi turno
en una tercera definición radical o fundamentalmente,
la luna nunca ha sido de queso,
y si lo dudas sonríe, en la mesa lo sabrán, tu eres el hijo de puta que sonrió,
son esmero, o exactitud,
las palabras que han salido de mi boca ya no quieren regresar,
es por eso que les digo adiós, mentiroso al viento, espejo, golosina, como mis dedos, qué ricos están.

Lunero mutilado
Olei
Benneto

Thursday, December 13, 2007

desolado

Como una bomba que explota,

es el despertar del sol,

que ahuyenta todo de algún modo,

para inventarte cada día,

esto ya no es poesía, te digo,

vos sos el sol,

no miento, tu brillo me lo impide,

tus daños son visibles, irreversibles,

desde adentro, intenso como fuego que arde con furia hacia mi, día a día, qué poesía, que ironía,

eres la mediación entre la luz y las sombras, entre cada tonalidad reflejada en mi rostro,

eres la burla de lo oscuro, de lo que viene siempre a acorralarme y me hace sudar entre sábanas,

me despiertas,

me despiertas otra vez,

te cultivo,

eres el rastro que dejo, mis huellas que siguen las tuyas, aún lejos noto tu figura, pura, impura,

existes antes y después de mí,

vivo en función de ti,

negativo - positivo, vergüenza vaga que invade, ya no sé qué inventarte,

en cambio tú me inicias, vos hacés el día y la noche,

soy tu espacio de recreación, me pisoteas,

me reemplazas cuando quieres,

ya no me muerdes, ahora me comes, me comes, me comes, me comes, me procesas, me comes,

no es canibalismo, no es poesía, es mierda, es nada,

extraño pensar saber qué es lo que quiero decir,

sos el sol

sos todo alrededor

sos el brillo que me ciega para saber quién soy, qué soy,

no siento nada

no soy nada

soy polvo, nada, no sé, con tanto brillo me confundo, atrapame una vez más,

que los destellos de tu despertar me tranquilicen,

y me lleven lejos, allá desde donde te veía llegar,

hasta convertirte invisible y solamente sentirte,

saberte presente

y morder mis labios hasta no decir palabra, mudo al fin, a tu lado un último susurro, inescribible.

Olei
Lunero Mutilado