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Esta descripción te va a dar miedo

Tuesday, April 11, 2006

Mi esquina en tu espejo.

Al fin duermo bajo tu mismo techo, al fin te veo a diario junto a los muebles, estoy aqui sin poder decir adiós, me siento a fumar en la esquina de la sala lleno de recuerdos que me hacen suspirar y a la vez sacar el humo, podría pensar que juntos nos volveremos locos y tentaríamos nuestros deseos, deseos de ser amigos, deseos de hacer el amor sin parar, deseos de sentir, al mismo tiempo me arranco las heridas, afrontando esa mirada que mira lo que mira y no se pierde en la neblina, tus pliegos de papel hoy me asustan, me intimidan y vuelvo a mi esquina, escupo mientras fumo a mis heridas, no siento mis manos ni las tuyas, rasco mi cabeza, en el cielo guardo paciencia, genero inagotables formas de ignorancia, solo por esa noche en que confundimos nuestros nombres para volar y hablar con el viento, alguna vez he desistido, esta vez lo hago de nuevo, ¿y qué?, ya deberías de entender mi estado mental, configurando el tuyo mientras duermes o lees para mi, al medio día perfumo nuestro jardín, a media noche suspendo mi cuerpo en el sofá, al menos hoy asi será, mientras escucho a la mascota jugar con mis zapatos, pienso en tu cabello recorriendo mi cuerpo, tu radiante belleza me aleja de la razón, quisiera dejar de ansiarte, mas tu me obligas, siento un cosquilleo que se transporta por mi cuerpo, nada en mis venas y no es adrenalina, aguardo... La nube se torna de sangre, he violado tu espacio y desprendo tus brazos de mi cuello [hoy no me tendras] navegaré por los cielos entintados y llenos de inspiración, momentaneamente mis ojos se cierran como dos telones, intento llamarte, por estos dias guardaré mi voz y hoy precisamente usas tacones, justo ahora que pensaba preguntarte la hora o qué es lo que miras tan atenta, sacudo las sabanas viejas, ausento tu mirada por segundos y después pierdo la vista periférica, me conformo con un silbido, mi mirada demacrada en el espejo, descarado y sin rasurar, saco mis lagañas, asomo mi rostro al tocador y tu lloras sin consuelo, esto me hace detenerme y voltear a ver de nuevo, bebo un poco de agua y te acompaño [sin consuelo, insisto] remeto contra tu espejo, ¡Ese que te hace ver tan bella! ¡Quebrada estás! ¡En añicos! Y lo lamento... Pero no entiendo tu agonía, no entiendo esas lagrimas colineales ni mucho menos tus inofensivas caricias, es por eso que hoy seguire en mi esquina, sin mas remedio que seguir ahogandome en mi humo. [No me mires].

Miguel pastillas
Lunero mutilado

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